Renovables

En los últimos 60 años, cerca del 80% de toda la energía primaria mundial proviene de combustibles fósiles como petróleo, gas natural y carbón. Esto ha resultado altamente contaminante y ahora la humanidad lucha contra el cambio climático.

Actualmente se plantea el debate sobre una revolución energética global. Y para que sea posible se requiere de disminuir la demanda de energía en el mundo y de diversificar la matriz energética para que incluya fuentes renovables.

Ahora incluso se habla del pico petrolero que se refiere al decaimiento de los campos petroleros. Y no precisamente porque el petróleo se esté agotando, sino porque la naturaleza está cada vez más comprometida. ¿Vale la pena seguir arriesgando el planeta? Todo esto se traduce en la imperiosa necesidad de una diversificación de la matriz energética en fuentes renovables. Las ventajas: menos contaminación, mayor seguridad energética y acceso de energía a zonas rurales.

En Ecuador

En Ecuador, después del boom petrolero, los combustibles fósiles se consolidaron como la principal fuente para generar energía y la hidroeléctrica como la principal para generar electricidad. Según datos de la OLADE y del Conelec, en 2008, el petróleo representaba el 84% de la matriz energética y la hidroelectricidad el 59% de la matriz eléctrica en el país, con el 38% de electricidad generada en centrales térmicas de combustibles fósiles. La generación de energía por medio de fuentes renovables no llegaba ni al 1%.

La propuesta estatal de cambio de matriz energética está enfocada en el impulso de nuevas centrales hidroeléctricas, con una expansión planificada de 86%. De ese porcentaje, el 32% provendrá de una sola central la de Coca Codo Sinclair.

Es así que la propuesta estatal no diversifica, sino que profundiza la dependencia hacia dos recursos: agua y petróleo. De esta manera es inminente diversificar la matriz energética con fuentes renovables para aportar mayor seguridad energética y menor vulnerabilidad en el suministro de energía.

Estudios revelan que la energía geotérmica, bioenergía, la energía solar y la energía eólica se presentan como las mejores alternativas para Ecuador. Estas opciones resultan en un menor impacto ambiental. Específicamente se reducirían las emisiones de GEI y contaminantes primarios. El aire que circularía en las ciudades sería más puro y habría menos enfermedades respiratorias en la población.

La topografía en Ecuador le confiere un elevado potencial en energías renovables como la fotovoltaica y eólica. Actualmente, existe un cambio de paradigma hacia un “Prosumidor” que es un consumidor capaz de producir su propia energía eléctrica.

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